Anoche bebí demasiado.
Fue salir y beber whisky por cada esquina. Un whisky perdido, whisky sin hogar. Abandonado ante el miedo y la soledad. Sin futuro ni salvación.
Continuar y tragar ginebra. Ginebra con sabor a puños, con sabor a odio. Quizá con un toque de celos y algo de belleza femenina de por medio.
El ron llegó a mis labios. Ron con traición. Ron sin perdón. Ron con mucho dinero para unos y tan poco para otros. Demasiado ron. Demasiado.
Ahora vodka. Vodka que sabía a mentiras y a corrupción. A desinterés y a poco amor común. A mucha gente engañada y a tan poca beneficiada.
No puedo más. Muchísimo por hoy. Muchísimo.
Completamente borracho, absolutamente borracho. Me lancé a suelo y comencé a vomitar. Demasiada realidad.
Completamente borracho, absolutamente borracho. De realidad, demasiada realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario