lunes, 29 de julio de 2013

No es que me queje de lo que soy, es que él está ahí para recordarme lo poco que soy. Me echa una mirada, por todos los rincones de mi apariencia. Y empieza a contar los defectos con la rapidez con la que cualquiera recita la tabla de multiplicar.

"Podrías empezar a moverte más, tu aspecto empieza a dejar que desear. Mira esos ojos, tan comunes. Bueno, mejor no hablar de lo enorme que es tu nariz o lo que esas pecas le hacen a tu cara. Y estás perdiendo la poca forma que cogiste..." Después de continuar diciendo mil y un quejas más, rompe a reír. Esa risa retumba por todos los rincones de mi mente. Escucho como sus pulmones solicitan más aire para continuar con sus carcajadas. 

La furia empieza a llenar mi cuerpo. Soportar esta burla va a acabar conmigo. No puedo más...

Cierro la mano. Y lanzo el puño.


"¡Crash!" 


Cae sangre de ella, pero el otro ha desaparecido. 




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